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Invasión de Ucrania en 7 puntos: la nueva realidad mundial

Lo que realmente estamos observando en la actualidad es una contienda entre el mundo occidental y el mundo oriental, porque de eso se trata, de cambiar el elemento dominante estadounidense por el chino, de cambiar el modelo mundial de una a otra esfera. Y en esa contienda se producirán innumerables situaciones de crisis a las que no estamos acostumbrados, después de un largo período sin guerras, sin conflictos a nivel global. Llevamos muchos años cohabitando en paz y la nueva realidad mundial nos ha pillado por sorpresa y creo que nos costará mucho asimilarla.

Primer punto en su lugar: los que quieren cambiar el orden mundial son los que ejecutan acciones para conseguirlo y para ello tienen que desbancar a la hasta ahora primera potencia mundial, los Estados Unidos, en todos los terrenos posibles, pero, básicamente, en el científico tecnológico, en el económico, en el militar y en el cultural, las cuatro patas que muchos expertos consideran que debe poseer una potencia para ser hegemónica.

El último gran enfrentamiento entre bloques, posterior a la II Guerra Mundial, fue la denominada “Guerra Fría”, aunque realmente no se trató de un enfrentamiento bélico, pero las acciones de una y otra potencia, en aquel caso de los EE.UU y la URSS, y de los aliados de ambas, pasaron a formar parte de las páginas de numerosos libros de espionaje y de historia. Se perdieron vidas humanas, por supuesto, pero nunca con la crudeza de un enfrentamiento en el campo de batalla. Además, permítanme el comentario romántico, las guerras antiguas eran más justas que las actuales, los enfrentamientos se producían en su mayoría en el campo de batalla, situándose los ejércitos uno enfrente del otro, era un enfrentamiento entre militares, hoy se han convertido a las ciudades en el campo de batalla y se atacan objetivos civiles sin piedad alguna.

Segundo punto en su lugar: la guerra ha cambiado y, a pesar de que unos y otros nos intenten convencer de lo contrario, se utilizan las acciones sobre la población civil para generar terror y que esté ejerza presión sobre la población y por ende sobre sus gobernantes. Una población sometida al ataque indiscriminado se debilita y pierde la fe en la victoria.

Antes de la Invasión de Ucrania, no habíamos visto nuevamente enfrentados militarmente a los bloques que pugnan por la supremacía mundial. Este conflicto es la antesala, el lugar de ensayo, la sala de calentamiento de los bailarines antes de salir a bailar al escenario principal. Porque no podemos, ni debemos olvidar, que lo que se dirime en el campo de batalla ucraniano es algo muy importante, mostrar el poderío militar al otro bloque, mostrar de qué son capaces unos y otros. Y en este conflicto los perdedores están claros, por un lado, Ucrania que paga un precio muy elevado, la destrucción de su país, la huida de millones de ucranianos y la muerte de miles en su territorio. Por otro lado, Europa que, nuevamente, tiene muchas opciones de poder convertirse en el siguiente campo de batalla y que se verá afectada por la guerra económica que nos empobrecerá y debilitará como contrincantes comerciales de las grandes potencias, EE.UU y China. Y, por último, Rusia, que está mostrando una clara debilidad militar ante el mundo y hundiendo su imagen ante su socio chino, amén de verse afectada por las duras sanciones económicas de los países occidentales.

Tercer punto en su lugar: La Unión Europea es aliada de los EE.UU pero también contrincante comercial de China y del mismo EE.UU. La pugna por el primer puesto mundial es realmente entre EE.UU y China, pero los que se enfrentan en el campo de batalla son los ucranianos y los rusos y los mayores perjuicios económicos serán para los rusos y los europeos. No me refiero a Ucrania porque en esta “mano de cartas” ocupa la posición de perdedor. Deberíamos por tanto reflexionar porque parece que las dos grandes potencias están enfrentando a sus aliados en una guerra que ellos observan de lejos.

Dicho lo anterior, nada de eso justifica la agresión asesina protagonizada por Rusia y su líder, Vladimir Putin. En este sentido, hace ya algún tiempo afirmé que China económicamente había desplazado a los Estados Unidos, que científica y tecnológicamente tenía mis dudas, pero creía que estaba muy cerca, y solamente había algo que me intranquilizaba poderosamente, y era si los EE.UU se dejarían arrebatar el primer puesto del pódium sin utilizar su potencial militar, asumiendo por tanto el riesgo de una confrontación bélica mundial. Ahora ya no tengo dudas, estoy seguro de que utilizarán su poderío militar, y que nosotros podemos volver a ser el “escenario principal para los bailarines”, el campo de batalla. Pero de esto no culpemos a los estadounidenses, que eso es lo fácil, culpémonos a nosotros mismos por no haber sido capaces de crear una Unión Europea con su posición propia en el mundo. Mientras las grandes potencias rivalizan por dominar el mundo los más punteros de la UE, Alemania y Francia, se dedican a rivalizar entre ellos y el Reino Unido salto del buque el primero, como las ratas en los naufragios, aunque como una rata teledirigida por su tío Sam.

Cuarto punto en su lugar: El agresor es Rusia y el agredido Ucrania, esto es una verdad absoluta. Unos y otros encuentran justificaciones de todo tipo. Los pro rusos y los anti rusos se enfrentan en todos los canales posibles, en todos los medios, los “misiles informativos” se lanzan diariamente, sin descanso, y todos extienden sus proclamas como la verdad. Pero la realidad es que no existe justificación lógica para alterar la COEXISTENCIA PACÍFICA y arrasar un país soberano en sus decisiones provocando miles de muertos y millones de refugiados. Y digo “razón lógica” porque si entramos en argumentos geoestratégicos o intereses económicos todo se ve adulterado.

La retirada de Afganistán por parte de las tropas americanas, y la posterior retirada de Francia de Mali, parecían indicarnos que los que tienen mucho potencial militar, y también unos servicios de inteligencia poderosos, se replegaban a sus territorios para reorientar la misión de sus fuerzas. Parece que ellos pudieran conocer algunas de las intenciones de Putin, más allá del ataque a Ucrania, y eso ha provocado la modificación de sus prioridades de defensa, más centradas en sus propios territorios que en territorios lejanos.

El inmediato apoyo de Estados Unidos y toda la esfera anglosajona a Ucrania, con el envío de armamento, tecnología y el entrenamiento a sus soldados, así como el apoyo de la UE en esta política de suministro de material militar, parece indicar que tenemos claro cuál es nuestro bando. Pero esto, que muchos consideran una desgracia, realmente es la realidad, esa realidad que indica que todas las potencias imponen sus normas, sus ritmos, sus mercados, sus modas y muchas cosas más a los dominados. Esto, señores, señoras, ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes, ha sido siempre así, es así, y será siempre así. Por tanto, lo único que podemos decidir es cuál es lado que más nos conviene, el bando que coincide con nuestro modelo de sociedad.

Quinto punto en su lugar: los países poderosos, especialmente EE.UU, poseen más información que los demás y los menos poderosos estamos destinados a formar parte de un bando o de otro. Realmente no tenemos otra opción porque en caso contrario podríamos ser víctimas de las acciones de una u otra potencia. De este modo la Unión Europea, al no tener posición de peso en el mundo, sólo puede seguir lo ordenado por EE.UU y aspirar a que las acciones bélicas se circunscriban a Ucrania y no se trasladen directamente a su territorio. La incapacidad decide por nosotros.

Analizando las muchas diferencias entre los dos bloques que pugnan por el poder mundial, es decir, Estados Unidos y sus aliados, entre los que está la UE, y China y sus aliados, entre los que se encuentra Rusia e Irán, he llegado a la conclusión de que mi decisión está clara, hamburguesa, bocadillo de chorizo y empanada y nunca rollitos de primavera o blinis. Yo respeto todas las opiniones, pero libremente decido que quiero seguir como estoy, viviendo en la sociedad que vivo, con defectos, por supuesto, pero no quiero lo que me proponen los otros. Y de esto debiera tratarse cuando los gobernantes tuviesen que elegir una opción para sus pueblos, de elegir lo que más les conviene, aquello que dibuja un futuro mejor para sus hijos, aquella opción que significa elevar el nivel de vida, la opción que represente mayores libertades, la opción que signifique una mejora de todas las condiciones de vida, de las infraestructuras, de la sanidad, de la educación.

Lo malo se produce cuando la elección, que debe ser libre y voluntaria, se ve forzada porque si eliges lo que no les conviene a unos te ves ante la tesitura de poder ser agredido, bombardeado, que tu país sea arrasado y que tus sueños se esfumen para siempre, tu futuro desaparezca y la miseria, el hambre y las necesidades sean el resultado de estas acciones. ¿Por qué una sociedad, en el ejercicio de su libre elección de futuro, no puede elegir ingresar en el club que desee, sin que otros puedan agredirla para impedírselo?. ¿No sería más lógico que los agresores, en vez de atacar a un país, en vez de masacrar a su población, les mostrasen lo bien que iban a vivir en su compañía?. Pues esto no ocurre porque saben a ciencia cierta que no va a ser así, que en su compañía vivirán peor, que su futuro será peor, que se verán sometidos y no integrados.

Sexto punto en su lugar: Unos han mostrado su decisión de usar la fuerza, de poner el poderío militar encima de la mesa, pero atacando al débil, no enfrentándose directamente. Lo que está en juego actualmente no es sólo una victoria militar, sino que lo que se dirime es un cambio de sistema, el dominio de una cultura sobre la otra y eso afectará de lleno a nuestro modelo de vida, que pude cambiar sustancialmente. Si EE.UU deja que Rusia se salga con la suya su camino hacia el declive se habrá acelerado y si Rusia acaba vencida pasará a la misma situación que después de la caída del muro de Berlín, la irrelevancia mundial. Es una lucha a vida o muerte.

En este sentido, Estados Unidos, ha sabido mostrar al resto del mundo una imagen exterior de libertad, de sociedad de oportunidades, de paraíso para los emprendedores, no en vano todos conocemos la frase “el sueño americano”. Esto no es fruto de la casualidad, esto es un trabajo propagandístico muy importante, con una dirección clara, pero, no está basado en la mentira, cierta realidad está detrás de estos eslóganes. Seguramente la realidad es más dura de lo que nos dibujan y todos saben que no se regala nada. Lo que ocurre es que aún sin conseguir el sueño americano, las condiciones de vida personal o profesional mejoran con respecto a las de sus países. Este elemento propagandístico ha sido también una herramienta muy provechosa para los EE.UU, que ha visto como miles de “cerebros” decidían llamar a sus puertas para poder así tener más oportunidades. La NASA, sus hospitales, sus universidades, están llenas de extranjeros, de ciudadanos que nos hemos ocupado de formar en otros países para después no saber aprovecharlos y que tengan que colaborar al crecimiento y avance de la tierra del tío Sam.

Repito, una vez más, que la culpa de que nuestros cerebros se marchen es solo nuestra, que los estadounidenses les abren las puertas mientras nosotros les cerremos las nuestras. A esto, seguro que los políticos me contestarán que no tenemos dinero, que no podemos hacer nada. Yo creo que se pueden hacer algunas cosas, lo primero pensar en el futuro de nuestros países, y lo segundo, no derrochar el dinero en chorradas y emplearlo en aquello que realmente es necesario. Lo que sí está también claro es que las personas huyen de Cuba no huyen hacia Cuba, huyen de Venezuela no huyen hacia Venezuela, huyen de China no hacia China, Huían de la Alemania del Este a la Alemania Federaly del mismo modo huyen de Rusia no hacia Rusia. Esto nos aporta una idea bastante clara de por qué motivo se elige unos u otros caminos. Y esto, señores y señoras, es el pecado de los ucranianos, querer elegir un futuro mejor para sus hijos, querer crecer y mejorar su país, querer soñar con alcanzar un nivel de vida como el nuestro y decidir que esto sería más fácil al lado de los Estados Unidos que al lado de China o Rusia. Quizás se hubiesen convencido si existiese una frase o eslogan que rezase “el sueño ruso” o “el sueño chino”, pero es que no existe, lo que si pueden acuñar es “el terror ruso”, que este si existe.

Séptimo punto en su lugar: Ucrania no solo lucha por defender su territorio, lucha por desembarazarse del yugo ruso y de su opresión, lucha por convertirse en un país occidental y trabajar para conseguir un futuro mejor. La lucha ucraniana también es a muerte, si pierden lo perderán todo y aquellos que sobrevivan se verán obligados a huir o sufrir las consecuencias de haberse enfrentado al oso ruso, y todos conocen muy bien sus métodos.

Creo, sin lugar a duda, que de lo que se trata es del respeto de los “principios fundamentales” de IGUALDAD SOBERANA, INTEGRIDAD TERRITORIAL y COEXISTENCIA PACÍFICA. Estos principios han sido violados por los que los han violado, la soberanía rusa está circunscrita a su propio territorio, la integridad territorial está circunscrita a su propio territorio no al de Ucrania o cualquier otro país y la coexistencia pacífica se circunscribe a todos nosotros, a todo el universo. No debemos olvidar nunca que la expansión de la OTAN hacia el Este, uno de los motivos que alude Rusia para este ataque asesino, se ha producido por la propia voluntad de esos países, sin utilizar la fuerza, bueno, utilizando la fuerza de los sueños de todos aquellos que desean vivir un futuro mejor.

Aunque los americanos tengan sus intereses, aunque estén jugando su juego estratégico, aunque la lucha esté en nuestro territorio, no tenemos otra opción más que defender nuestro sistema de vida, nuestro modelo social, porque estamos en peligro y podemos perderlo, esta es la triste y dura realidad.

Jorge Gómez

CEO en High Strategies Intelligence Consulting

 

 

 

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