La percepción del analista

El fenómeno de la percepción es uno de los más básicos en el ser humano, a través de él comprendemos y procesamos la realidad que nos rodea. Este proceso, al contrario de lo que pueda parecer, es un proceso activo y no pasivo, en el que inferimos muchas más cosas de las que registramos, por ello una misma realidad puede ser percibida de forma completamente distinta por dos personas. Cada persona tiene su mochila de experiencias, valores, educación y cultura, y es en base a ese conocimiento de la realidad a partir de donde nuestra mente deriva los detalles.

Ejemplificando esto, observemos la figura:


Trasladando esto a nuestro campo, un analista estudiando un determinado tema o región, tendrá ciertas expectativas de lo que se va a encontrar, aquello que entre dentro de ese patrón será fácilmente percibido y procesado, pero todo aquello que se salga del marco es posible que sea pasado por alto.

Fijándonos un poco más detenidamente notaremos que el artículo se repite en cada una de las tres frases, pero posiblemente no lo hayamos notado hasta ahora. Esto es dado que tendemos a percibir lo que esperamos percibir, al leer estas frases inglesas comunes nuestra percepción está influenciada por lo que espera recibir, obviando en este caso el artículo repetido. Es por este mismo motivo por el cual es necesaria más información y más inequívoca para reconocer un fenómeno inesperado que uno esperado.

Estos patrones de expectativas conforman todos ellos una mentalidad e influyen inconscientemente en el analista a la hora de buscar e interpretar información. La mentalidad de cada persona es la forma que tiene de interpretar el mundo, y por mucho que exista la creencia de que estas mentalidades son malas, no son ni buenas ni malas: son inevitables.

El ideal de librarnos de estos patrones para alcanzar la realidad «tal y como es» es completamente inalcanzable, puesto que esa realidad no existe. La cantidad de estímulos e información que recibimos diariamente sería completamente imposible de procesar y almacenar sin esos modelos mentales haciendo de lente a través de la cual observamos el mundo y nos dice qué es lo importante, qué es esperable y cómo se relaciona con lo que ya sabíamos.

Comprender la naturaleza de nuestra percepción es básico para hallar los límites y entender el análisis de inteligencia. Las condiciones en las que más difícil es tener una percepción correcta de las cosas son precisamente las condiciones en las que se suele desarrollar el análisis de inteligencia: situaciones altamente ambiguas analizadas bajo presión para elaborar un informe lo antes posible. Por esto es necesario que el analista sea consciente del proceso mental que realiza durante el análisis, con las trampas y los sesgos que este conlleva de forma asociada, para elaborar así el mejor razonamiento posible.

El analista no alcanza un análisis objetivo a través de librarse de sus ideas preconcebidas, sino por medio de ir realizando supuestos básicos y razonamientos de manera explícita, de forma que éstos puedan ser desafiados posteriormente por otros y por uno mismo.