En las últimas fechas, tal y como ocurrió antes con la pandemia, “Filomena”, Afganistán, Cuba y un largo etcétera de asuntos, sufrimos un bombardeo de noticias relativas a un posible APAGÓN en nuestro país, y parece, a la vista de lo publicado, que en más países europeos.
Todas estas noticias pueden ser fruto de un riesgo real, o formar parte de una “guerra psicológica”, a la que se está sometiendo a las poblaciones para que reaccionen de un modo errático, favoreciendo así los intereses desestabilizadores de quienes la estén orquestando. Esto, como todos podemos observar, ya se ha convertido en habitual y para ello colaboran instituciones, medios de comunicación, las redes sociales, algunos políticos que aprovechan para lanzar sus excrementos dialécticos al adversario y todos nosotros.
Se preguntarán ¿cómo y por qué colaboramos en esto?. El por qué es difícil de contestar, pero el cómo es más fácil. Resulta que hemos descubierto que, sin entrenamiento ni preparación alguna, hemos entrado a formar parte de las Fuerzas Especiales, en el grupo de tiradores de élite. Nuestro “fusil de francotirador” es el teléfono móvil, y con él transmitimos a cientos o miles de personas nuestra “munición informativa”, que no es otra cosa que aquello que caiga en nuestras manos, sin pasar por el cerebro, sin pensar nada más que en la “necesidad” de disparar. Nuestros amigos, nuestro círculo, tienen la necesidad de conocer lo que nos ha llegado, porque nosotros lo hemos decidido por ellos, y siempre estamos dispuestos dispararles un “tiro informativo”. Somos verdaderas armas de “destrucción masiva” e inundamos el universo con informaciones sin fundamento alguno. Jamás los medios de comunicación han tenido tanto periodista gratis, ni los servicios de inteligencia tanto colaborador voluntario, lo que ocurre es que se han convertido en sus rehenes y no en sus dueños.
¿Se preguntarán por qué motivo estoy contando esto?. Pues porque noticias como las del apagón se convierten en un misil que se traslada por la red a una velocidad imparable llegando a muchos millones de personas que nunca se habrían preocupado por esto, pero también nublan la realidad y la convierten en una locura. Y llegados a este punto, aquellos cuya profesión es informar a los demás, no manipular o atontar a la población, debieran hacerlo sin generar alarma en los ciudadanos. Yo, en este artículo, desde la más absoluta modestia, puesto que no es mi profesión la de periodista y estoy en las antípodas de los que intentan atontar al prójimo, así quiero hacerlo, arrojar un poco de luz sobre las sombras.
Nos hemos podido enterar de que Austria, Suiza y China han alertado a sus poblaciones ante el riesgo de nuestro temido apagón, y también de la posibilidad de desabastecimiento e incluso en la región alemana de Renania han llevado a cabo un ejercicio de Protección Civil al que optaron por nombrarlo “Apagón”. La verdad es que han sido ingeniosos los alemanes.
Fuera de bromas, todo este torrente de informaciones anunciando un apagón han generado miedo e incertidumbre en la población, justo lo que no se debe hacer. Muchas personas han comenzado a preguntarse qué pasaría con los hospitales, los aeropuertos, la banca, etc. Creo necesario aclarar que una cosa es el suministro de energía eléctrica “doméstica” y otra muy distinta son aquellos servicios esenciales que no pueden detenerse, las denominadas en la UE y en nuestro país, infraestructuras críticas. Estas infraestructuras disponen de sistemas de suministro de energía eléctrica de emergencia para garantizar su funcionamiento autónomo, además de unas medidas de seguridad especiales, todo ello regulado por la Ley 8/2011, de 28 de abril, por la que se establecen las medidas de protección a aplicar en estas instalaciones.
Además de todo lo anterior, nuestro país dispone de una red de tendido eléctrico de las más modernas de mundo y producimos más energía de la que consumimos. ¿Es por tanto real la amenaza?. Realmente, si nos atenemos a nuestras capacidades, es muy improbable, salvo que detrás de todo esto encontremos intereses ocultos que pretendan que ocurra y así asestarnos un golpe o hacernos sentir miedo, o comprobar cómo estamos de preparados para las situaciones de emergencia.
En cualquier caso, se produzca este apagón o no, no debiéramos dejar de pensar que, por motivos naturales o artificiales, se puedan producir situaciones de emergencia para las que debiéramos estar preparados. En muchos países sus ciudadanos, acostumbrados a terremotos, huracanes, grandes nevadas, saben qué hacer en esos momentos, algo que es vital porque el tiempo de reacción es primordial para minimizar los daños sufridos en una situación de emergencia. A veces, un pequeño detalle, un mínimo de conocimiento y preparación, es la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Por eso les propongo que, a pesar de todo lo que puedan leer, de todo el dramatismo que algunos quieran infundir a algo que ni saben si va a ocurrir, nuestra postura no sea nunca la de angustiarnos por si va a producirse un apagón, o intentar adivinar cuándo ocurrirá, nuestro objetivo debe ser, en mi opinión, estar mínimamente preparados para afrontar esta u otra adversidad. Y ya verán que no es difícil, que casi todo lo tenemos en nuestras manos, que es cuestión de sentido común.
Pensemos que el apagón puede que no sea el eje central de una emergencia y sea una consecuencia de ella. En cualquier caso, si nos centramos en el apagón, para que nos valga de ejemplo, deberíamos hacernos dos preguntas sencillas:
- ¿Qué deja de funcionar en mi casa?
- ¿Qué deja de funcionar fuera que me afecte directamente?
Yo me haré las dos preguntas con ustedes y les aportaré algunos consejos. Seguro que ustedes pueden mejorarlos o completarlos, por supuesto, pero se trata de que no salgamos corriendo al supermercado y lo dejemos sin existencias. Se trata de que utilicemos aquellos que tenemos en casa, que hagamos una pequeña reserva.
¿Qué deja de funcionar en casa?
SUMINISTRO ELÉCTRICO
Esto nos genera un primer problema básico que es la necesidad de iluminación. Se podría resolver con un generador, pero esta es una solución mucho más factible si vivimos en un pueblo o en una casa o chalet, donde podamos instalarlo en el exterior. Si vivimos en un piso no es una solución factible y nunca debemos introducirlo en nuestra vivienda puesto que los gases de la combustión son tóxicos y podrían resultar letales. Aunque tengamos una terraza en la que pudiera instalarse no es lo más deseable y el ruido podría causar molestias a nuestros vecinos. Esta podría ser una solución si fuese un generador de la comunidad que pudiese aportar energía a todos los pisos, aunque siempre tendríamos el problema de quién lo atiende, del combustible, etc.
Ahora mismo se disponen de luces que se instalan en los jardines y se cargan con la luz solar y pueden aportar iluminación de noche. También se pueden utilizar linternas o luces que funcionan con pilas, pero no es recomendable porque el consumo de pilas nos llevaría a tener que disponer de una gran cantidad almacenada.
El método más barato, y que todo podemos tener almacenado en nuestras viviendas, son las velas. Solamente debemos tener dos precauciones y es que las utilicemos de noche y de día ventilemos la vivienda, y que tengamos mucho cuidado con la posibilidad de un accidente y producir un incendio. Cuidado sobre todo cuando las utilicen los menores. Nunca dejemos una vela encendida cuando nos acostemos. Por si las moscas, siempre deberíamos tener un pequeño extintor en casa, pero no para esta emergencia sino siempre, como medida de precaución y seguridad. Si no podemos disponer económicamente de un extintor podemos tener un cubo con arena
Ante la necesidad de utilizar velas deberemos tener en nuestra despensa de emergencia mecheros y cerillas. Como utilizaremos las linternas deberemos tener varios paquetes de pilas.
La falta de suministro afectará también a nuestra cocina vitrocerámica, a nuestro microondas, a nuestro horno, a nuestro frigorífico. Tendremos por consiguiente que resolver el problema de la alimentación. Técnicamente, en una falta de suministro prolongado deberemos contar con un hornillo de camping y algunas bombonas de gas. La elaboración de la comida debe ser sencilla, de emergencia, evitando así consumir mucho gas. Pensemos que la comida y la higiene son dos cosas que se deben adaptar a las condiciones de emergencia. Uno puede vivir perfectamente 7 o más días sin ducharse, se lo dice un submarinista.
El tipo de alimentos que deberíamos tener en una pequeña reserva son:
- Crema de cacao o de cacahuete
- Azúcar
- Comida no perecedera (latas de comida, pasta, arroz, pure, tomate frito, sopas, cremas)
- Leche normal y condensada o en polvo
- Agua potable (2 litros por persona y día)
- Frutos secos, chocolate, cereales, galletas, mermelada
- Barritas de proteínas
- Queso y membrillo, pan de molde, pan tostado
- Jamón, lomo en barra, chorizo
- Café e infusiones
- Alimentos específicos para bebés
Cuando se produzca el apagón, que nunca estará suficientemente avisado, o se producirá sin previo aviso, tendremos alimentos en el frigorífico. Algunos alimentos pueden aguantar algún día, sobre todo si no lo abrimos mucho para que no pierda temperatura.
Como vamos a utilizar mucha comida enlatada es muy importante contar con al menos dos abrelatas. Una lata se puede abrir con un cuchillo, o con una navaja, pero mejor que lo hagamos con aquellos instrumentos que sabemos manejar para evitar accidentes y complicar más nuestra situación.
Algo importante que debemos tener en cuenta es que no funcionará el timbre de la puerta ni el telefonillo de entrada a nuestras fincas. Esto nos obligará a que cualquier persona que salga de casa debe llevar sus llaves porque no tendrá forma de avisarnos. Nunca se debe optar, para evitar esto, por dejar los accesos a las fincas o edificios abiertos, esto aumentaría el riesgo de una forma innecesaria.
Tampoco funcionará nuestra lavadora y, por tanto, no podremos lavar nuestra ropa. Irremediablemente este es otro aspecto que debe cambiar en nuestra mente. No tenemos agua para estos asuntos, priorizaremos el consumo y las cuestiones esenciales y la ropa no se lavará, a no ser casos excepcionales de enfermos o bebes en los que tengamos que proceder al lavado.
Nuestro teléfono dejará de funcionar casi con toda seguridad y nos quedaremos incomunicados. Si es posible podríamos disponer de cargadores power bank, porque, aunque continuasen funcionando, cosa que dudo, tendríamos un problema con la recarga. Una solución son unos cargadores solares.
Lo que seguro que se mantendrá en funcionamiento es la radio, que se mantuvo en funcionamiento durante las dos Guerras Mundiales. Por tanto es necesario disponer de una radio a pilas para poder mantenernos informados.
EL GAS
Probablemente, si se produce una falla generalizada de suministro eléctrico perderemos el gas ciudad. Con ello tendremos afectado el gas para cocinar, que ya hemos tratado en el punto anterior, nos fallará la calefacción y no tendremos calentador de agua. Esto por supuesto afectará de distinta forma a las zonas que tengan un clima frío que a las zonas con un clima más cálido.
Para calentar el agua podremos utilizar el hornillo, pero debemos atender a las prioridades más graves y la higiene no lo es. Si consumimos gas para lavarnos podemos no disponer de el para comer y ante esto es preferible no lavarse, o asearse de otro modo.
Para calentarnos no necesitamos elementos externos porque en casa todos tenemos ropa de abrigo y mantas. Una solución adicional es la de tener sacos de dormir, que permiten soportar temperaturas bajas y proporcionan el calor necesario a nuestro cuerpo.
EL AGUA
En cuanto al agua es muy factible que nos falle el suministro. Puede que el suministro general se mantenga, aunque con dificultad, pero es que nuestros edificios, para hacer llegar el agua a los pisos superiores, utilizan lo que se denomina una bomba de presión, que sin energía eléctrica no funcionará.
En todo caso tenemos que distinguir entre dos tipos de agua, la de consumo y la general. La de consumo es la que utilizaremos para beber o hacer la comida, la general es aquella que utilizaremos para asearnos o para el baño. ¿No habían pensado que nuestra cisterna tampoco funcionará?. Pues debemos tener un porcentaje de agua para estos menesteres. Lo que si debemos pensar es que en situación de emergencia no se tira nada y el agua que utilicemos para asearnos, para cocinar o para cualquier otra labor la debemos utilizar después para nuestro retrete.
El agua de consumo deberíamos tenerla acumulada en garrafas. Son baratas y no ocupan demasiado espacio. Yo tengo en casa garrafas de ocho litros. El agua general, la que utilizaremos para otras cuestiones, deberíamos almacenarla en los primeros momentos, cuando nos anuncien que se va a producir. El almacenamiento debería realizarse en cubos o recipientes de tamaño. Si utilizamos la bañera y la llenamos de agua no podremos utilizarla después para asearnos o lavarnos. Si no logramos almacenar agua de este modo deberemos cambiar nuestros hábitos de higiene y priorizar siempre el consumo sobre ellos.
Como la falta de agua afecta directamente a nuestros hábitos de higiene y salud, veamos algunos productos esenciales que deberíamos tener en casa:
- Toallitas higiénicas
- Artículos de higiene (pasta de dientes, compresas)
- Medicinas para dos semanas, sobre todo las de los enfermos crónicos
Cuando hablamos de medicinas para dos semanas tenemos que volver a recordar que no tenemos que asaltar las farmacias para disponer de una mini farmacia en casa. Se trata de prever el consumo de medicamentos. Casi todos los medicamentos, sobre todo los de enfermedades crónicas, se expenden en cajas para 28 0 30 días. Se trata solamente de ser precavidos y si me quedan 10, disponer de una caja.
Un elemento esencial en nuestro hogar es el botiquín. Lo que ocurre con esta cajita es que yo he visto en alguna ocasión que la tenemos muy bonita pero no sabemos utilizar casi nada de lo que hay dentro, y mucho menos en un momento de emergencia. Yo recomendaría que el contenido del botiquín fuese el siguiente:
- Manual de primeros auxilios
- Gasa estéril
- Vendas
- Esparadrapo
- Tiritas
- Férula
- Pomada antibiótica
- Solución desinfectante (agua oxigenada y alcohol)
- Ibuprofeno
- Tijeras
- Pinzas
- Tiritas
- Termómetro
- Guantes de plástico que no contenga látex
- Mercromina
- Algodón
- Jeringuillas desechables (3 o4).)
EL ENTRETENIMIENTO
Este es un problema serio y que no he visto que se trate en las recomendaciones de muchos expertos. Los dos problemas iniciales que tenemos en una situación de emergencia es resolver las carencias para garantizar la continuidad de nuestra vida, aunque sea con condiciones más restrictivas, y otro es el resolver cómo va a afectar psicológicamente a las personas que nos rodean, cómo van a responder a esta nueva situación. El ser humano se acostumbra y supera condiciones que ni el mismo se creería, pero todo ello pasa por un período de indefinición, de duda, de transición. Esto incide directamente en su estado de ánimo y afecta al estado de ánimo de los demás.
En una emergencia en la que perdamos el suministro de energía, sea cual sea el motivo, y esto se prolongue durante días, es fundamental formar equipo. Tu compañero de piso, tu pareja, tus padres y hermanos, los que habiten un mismo lugar, tienen que convertirse en un equipo. Lo primero que se va a producir es “escasez”, a la que no estamos acostumbrados, y lo segundo “incomunicación”, a lo que estamos mucho menos acostumbrados. No funcionará la Tablet, el ordenador, la televisión, la consola no debe consumir pilas que nos harán falta para otras cuestiones, no tendremos smartphone. Esto va a producir un efecto psicológico en nosotros que alterará nuestro carácter, sobre todo el de los más pequeños, que no lo entenderán.
En familias con niños deberán emerger dos figuras clave: el líder y el encargado de entretenimiento. El líder tiene que infundir calma, mostrar a los demás que controla la situación, generar tranquilidad entre los demás. Todos en una situación de emergencia queremos que exista una figura así en nuestro entorno.
El encargado de entretener tiene un objetivo muy importante. Los niños sin poder entretenerse, sin luz, pueden ponerse muy nerviosos y es necesario inventar juegos, concursos, hacerles perder el miedo a la situación, que no piensen en ella. Será necesario disponer de lo más sencillo, juegos, libretas y bolígrafos.
¿Qué deja de funcionar en el exterior?
En el exterior se verán afectados muchos servicios que de un modo u otro incidirán negativamente en nuestra vida durante la emergencia. Es previsible que pueda afectar negativamente a los siguientes servicios, que puede que no se anulen, pero podrán continuar de una forma mucho más restrictiva y compleja:
- Oficinas bancarias.
- Supermercados
- Farmacias
- Estancos
- Gasolineras
- Red de semáforos
Lo más importante, en mi opinión, es que una ciudad a oscuras es una ciudad insegura y se pueden producir actos a los que no estamos acostumbrados. Prioritario por tanto debe ser la seguridad de nuestro entorno, salir lo menos posible y mantenernos en el entorno seguro de nuestra vivienda. Algo esencial es que el depósito de nuestro vehículo esté lleno por si tuviésemos que desplazarnos, aunque debemos tener en cuenta que la circulación puede ser caótica y la inseguridad elevada.
Si los bancos o los cajeros no funcionan correctamente deberíamos tener en casa dinero en efectivo, dividido en billetes pequeños y monedas.
Es importante establecer un punto de reunión en nuestra ciudad, o pueblo, en el caso de que se produzca el apagón o cualquier otro tipo de emergencia. Esto se producirá sin previo aviso y algunos miembros de la familia pueden encontrarse fuera de casa, generándonos angustia al no poder comunicarnos con ellos.
Todo o casi todo lo que hemos planteado seguro que lo tenemos en nuestro domicilio. Recordemos, no se trata de volvernos locos y dejar los supermercados vacíos, se trata de ser precavidos y tener una pequeña reserva en casa. Tengamos en cuenta que en estas situaciones aparece, por desgracia, la insolidaridad y el egoísmo, y esto perjudica todo.
Espero que todo lo planteado les sirva de ayuda y haber conseguido no alarmar, pero si concienciar, no asustar, pero sí ayudar a estar preparados. La preparación es clave y su ausencia casi siempre la pagamos con llantos.
CEO en High Strategies Intelligence Consulting